viernes, 24 de agosto de 2012

REFLEXION MENSUAL


EN TIEMPOS DE CRISIS ES BUENO QUE SEPAMOS COSAS SOBRE EL DINERO


Cada vez sabemos más de la situación social y económica que Jesús conoció en la Galilea de los años treinta. Mientras en las ciudades de Séforis y Tiberíades crecía la riqueza, en las aldeas aumentaba el hambre y la miseria. Los campesinos se quedaban sin tierras y los terratenientes construían silos y graneros cada vez más grandes.

En un pequeño relato, conservado por Lucas, Jesús revela qué piensa de aquella situación tan contraria al proyecto querido por Dios, de un mundo más humano para todos. No narra esta parábola para denunciar los abusos y atropellos que cometen los terratenientes, sino para desenmascarar la insensatez en que viven instalados.

Un rico terrateniente se ve sorprendido por una gran cosecha. No sabe cómo gestionar tanta abundancia. “¿Qué haré?”. Su monólogo nos descubre la lógica insensata de los poderosos que solo viven para acaparar riqueza y bienestar, excluyendo de su horizonte a los necesitados.

El rico de la parábola planifica su vida y toma decisiones. Destruirá los viejos graneros y construirá otros más grandes. Almacenará allí toda su cosecha. Puede acumular bienes para muchos años. En adelante, solo vivirá para disfrutar:”túmbate, come, bebe y date buena vida”. De forma inesperada, Dios interrumpe sus proyectos: “Imbécil, esta misma noche, te van a exigir tu vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?”.

Este hombre reduce su existencia a disfrutar de la abundancia de sus bienes. En el centro de su vida está solo él y su bienestar. Dios está ausente. Los jornaleros que trabajan sus tierras no existen. Las familias de las aldeas que luchan contra el hambre no cuentan. El juicio de Dios es rotundo: esta vida solo es necedad e insensatez.

En estos momentos, prácticamente en todo el mundo está aumentando de manera alarmante la desigualdad. Este es el hecho más sombrío e inhumano: ”los ricos, sobre todo los más ricos, se van haciendo mucho más ricos, mientras los pobres, sobre todo los más pobres, se van haciendo mucho más pobres” (Zygmunt Bauman).

Este hecho no es algo normal. Es, sencillamente, la última consecuencia de la insensatez más grave que estamos cometiendo los humanos: sustituir la cooperación amistosa, la solidaridad y la búsqueda del bien común de la Humanidad por la competición, la rivalidad y el acaparamiento de bienes en manos de los más poderosos del Planeta.

Desde la Iglesia de Jesús, presente en toda la Tierra, se debería escuchar el clamor de sus seguidores contra tanta insensatez, y la reacción contra el modelo que guía hoy la historia humana.

José Antonio Pagola

4 de agosto de 2013

sábado, 18 de agosto de 2012

NOTICIAS DE ACTUALIDAD



Mensaje del Papa a los musulmanes con motivo del fin del Ramadán
Francisco quiere "que todos los cristianos y musulmanes sean auténticos promotores del respeto mutuo y la amistad"
Invita a "poner fin a las críticas injustificadas y difamaciones" mutuas.


Estamos llamados a respetar sobre todo la vida de toda persona, su integridad física, su dignidad con los derechos, su reputación, su patrimonio, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas

El papa Francisco envió un mensaje personal, firmado por él mismo, a los musulmanes, con motivo del fin del Ramadán, en el que aboga por "el respeto mutuo" e invita a poner fin a "las críticas injustificadas y difamaciones" por parte de ambas partes.
                                                                                        

El papa Francisco envió un mensaje personal, firmado por él mismo, a los musulmanes, con motivo del fin del Ramadán, en el que aboga por "el respeto mutuo" e invita a poner fin a "las críticas injustificadas y difamaciones" por parte de ambas partes.
"Este año decidí firmar personalmente este mensaje", escribió el papa argentino en referencia al mensaje que tradicionalmente el Vaticano envía todos los años con ocasión del final del ramadán (ayuno que observan los musulmanes), e invitó a los musulmanes a "reflexionar", al tiempo que pidió "la promoción del respeto mutuo a través de la educación" para "evitar críticas injustificadas y difamaciones" por parte de las dos religiones.
"Estamos llamados a respetar sobre todo la vida de toda persona, su integridad física, su dignidad con los derechos, su reputación, su patrimonio, su identidad étnica y cultural, sus ideas y sus decisiones políticas", escribió el papa en el mensaje divulgado por el Vaticano.
"Tenemos que pensar, hablar y escribir de manera respetuosa sobre el otro, no sólo delante de él, sino siempre y en todas partes, evitando la crítica injustificada y la difamación", recalcó."Para ello, la familia, la escuela, la enseñanza, todas las formas de comunicación mediática juegan un papel importante", subrayó  .